Mitos y realidades sobre la calefacción por suelo radiante

El suelo radiante es una de las opciones más eficientes y cómodas para calentar una vivienda, pero también es un sistema rodeado de mitos y falsas creencias. Muchas personas piensan que su instalación es costosa, que tarda demasiado en calentar o que no es compatible con todos los suelos.

En este artículo, analizamos los mitos y realidades sobre la calefacción por suelo radiante, desmintiendo falsas creencias y destacando sus verdaderos beneficios.

 Mitos y realidades sobre la calefacción por suelo radiante: ¿Es demasiado caro?

Uno de los mitos más comunes es que el suelo radiante es excesivamente costoso en comparación con otros sistemas de calefacción.

Realidad:

Mayor inversión inicial, pero ahorro a largo plazo: Aunque su instalación es más costosa que la de un radiador convencional, su eficiencia energética permite ahorrar hasta un 25% en la factura energética.
Menos consumo de energía: Funciona a temperaturas más bajas que los radiadores, requiriendo menos energía para calentar una habitación.
Mayor vida útil: Un sistema de suelo radiante puede durar más de 50 años con un mantenimiento adecuado.

El coste de instalación puede amortizarse en pocos años gracias al ahorro energético, convirtiéndolo en una opción rentable y sostenible.

 ¿El suelo radiante tarda demasiado en calentar?

Otro de los mitos y realidades sobre la calefacción por suelo radiante es la creencia de que tarda muchas horas en alcanzar la temperatura deseada.

Realidad:

Depende del tipo de suelo radiante: Existen dos tipos: suelo radiante por agua, que es más lento en calentarse pero mantiene el calor por más tiempo, y suelo radiante eléctrico, que se calienta rápidamente.
Eficiencia térmica: Aunque su tiempo de respuesta es más lento que el de los radiadores, distribuye el calor de manera uniforme, manteniendo la temperatura estable sin cambios bruscos.
Integración con domótica: Los sistemas actuales permiten programar el encendido y apagado, optimizando su rendimiento y reduciendo el tiempo necesario para calentar una estancia.

Este mito ha quedado obsoleto gracias a los avances en aislamiento y control de temperatura, que hacen del suelo radiante una solución eficiente y rápida.

 ¿Es cierto que el suelo radiante no es compatible con todos los tipos de suelo?

Se suele creer que el suelo radiante solo funciona con suelos de cerámica o piedra, lo que limita las opciones de diseño en una vivienda.

Realidad:

Compatible con la mayoría de materiales: Puede instalarse bajo cerámica, madera, vinilo, laminados y hasta alfombras.
Eficiencia variable según el material: Los suelos de piedra y cerámica conducen mejor el calor, mientras que la madera requiere un control más preciso de la temperatura para evitar dilataciones.
Adecuado para reformas: En proyectos de rehabilitación, existen opciones de suelo radiante de bajo espesor que se pueden instalar sin necesidad de levantar todo el pavimento.

El suelo radiante se adapta a casi cualquier material, permitiendo flexibilidad en el diseño sin comprometer su eficiencia térmica.

 ¿El suelo radiante genera problemas de salud?

Algunas personas creen que este sistema puede causar problemas circulatorios o respiratorios, debido a la emisión de calor desde el suelo.

Realidad:

Distribución uniforme del calor: A diferencia de los radiadores, el suelo radiante evita corrientes de aire caliente que pueden resecar el ambiente o acumular polvo.
Mayor confort térmico: Al generar un calor homogéneo, no hay cambios bruscos de temperatura que afecten la circulación sanguínea.
Menos polvo y ácaros: Al no mover el aire como lo hacen los radiadores o aires acondicionados, reduce la dispersión de polvo y mejora la calidad del aire interior.

Este sistema no solo es seguro para la salud, sino que también puede beneficiar a personas con alergias o problemas respiratorios.

 ¿Es cierto que el suelo radiante solo se usa en invierno?

Otro de los mitos y realidades sobre la calefacción por suelo radiante es que solo sirve para calentar, por lo que no es útil en verano.

Realidad:

Existen sistemas de suelo radiante frío: La aerotermia y la geotermia permiten que el suelo radiante también funcione como sistema de refrigeración en verano.
Menos consumo que el aire acondicionado: Enfría los espacios sin generar corrientes de aire, reduciendo el gasto energético en comparación con un aire acondicionado convencional.
Mayor eficiencia en climas cálidos: En zonas donde los veranos son intensos, un suelo radiante refrescante puede mantener la casa a una temperatura agradable sin un consumo excesivo de electricidad.

Gracias a la aerotermia y la geotermia, el suelo radiante puede ser un sistema de climatización integral, funcionando tanto en invierno como en verano.

Los mitos y realidades sobre la calefacción por suelo radiante han generado confusión sobre su funcionamiento y beneficios. Sin embargo, este sistema se ha consolidado como una de las opciones más eficientes y confortables para el hogar, permitiendo ahorrar energía y mejorar la calidad del ambiente interior.

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